La tarde del 28 de abril de 1988, el vuelo 243 de Aloha Airlines programado entre el Aeropuerto de Hilo y el Aeropuerto Internacional de Honolulú, se dispone a volar al mando del capitán Robert Schornsteimer y la co-piloto Madeleine Tompkins, el avión despega con 95 personas a bordo.
Al alcanzar la altitud de crucero sufrió una descompensación provocando que parte del techo se desprendiera, obligando al piloto a realizar un aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto de Kahului.
Lo que sucedió ese día no tenia precedentes en la historia de la aviación mundial, pues el desenlace que tuvo el avión fue fatal. A las 13:46 horas, minutos después de despegar sorpresivamente el avión sufrió una descompensación llegando a provocar el desprendimiento de la sección de alas dejando el avión despresurizado.
El terror y el pánico que sufrieron mas de un tercio de pasajeros fue inevitable ya que estos quedaron expuesto a los fuertes vientos, en ese momento sale expulsada la jefa de Cabina Clarabelle Lansing.
La cabina se convirtió en un torbellino, con objetos volando por todos lados, el piloto solicita un aterrizaje de emergencia, en este momento la estructura del avión estaba totalmente debilitada lo cual provocaría una catástrofe.
Minutos mas tarde se divisa el aeropuerto de Maui, el descenso se hace a gran velocidad, al tratar de aterrizar el piloto nota que el tren de aterrizaje no funciona correctamente, sin embargo el avión consigue aterrizar con todos los pasajeros con los que había despegado a excepción de la azafata Lansing.
Según investigaciones la causa del incidente se debió a una fatiga del metal pues el avión tenia 20 años de funcionamiento, con una historia de vibraciones inusuales. Sin duda este accidente sirvió para que muchos técnicos se aseguren de revisar de lado a lado las condiciones de estos y otros aviones.