Investigaciones han revelado que cerca del 50% de los sacerdotes son homosexuales y que el resto tienen familias secretas o “bajo el agua”.
Durante la Marcha por la Familia, la cual se llevó a cabo en distintas ciudades de México en un esfuerzo por la defensa de la niñez y la familia, y en contra del reconocimiento de los derechos de las parejas y las familias formadas por homosexuales, el cardenal Norberto Rivera fue entrevistado acerca de su posición en contra del gobierno.
El cardenal dejó claro que Arquidiócesis no tiene ninguna relación con la marcha, aunque comparta ciertos puntos de vista y “reclamos” con la sociedad civil organizada para que el Estado Mexicano derogue las “bodas homosexuales”.
“Hemos estado defendiendo lo que llamamos nuestro sistema de valores compartido por miles de fieles: la unión por amor de la pareja heterosexual con fines de procreación, la educación de los hijos con el amor de Cristo nuestro señor y en la moral para la iglesia, más que una tradición, es un mandato”, comentó el Cardenal.
Aunque el Cardenal también hizo algunas declaraciones que vuelven a centrar la polémica en el tema de la homosexualidad dentro de la iglesia, algo que parece ser de lo más incómodo para la institución.
Antes de todo esto, el Cardenal recordó que la iglesia si es tolerante con la homosexualidad, y no se cierra por acogerlos en su seno, como muchas personas “ignorantes” afirman. “La iglesia es tolerante con todos los homosexuales, como lo hemos expresado en nuestros órganos de difusión; sin embargo, para que puedan vivir en concordia con su fe, deben de tener una vida de abstinencia, dejar de practicar su sexualidad antinatural que ofende a dios”.
“Los sacerdotes somos personas como tales estamos condicionados al pecado. Los sacerdotes que son homosexuales están en plena unión con el mandato de dios porque han renunciado a su homosexualidad”.