Son muchas las personas que hoy en día le tienen pavor a los ascensores. Y es que no hay que negar que el hecho de quedarse encerrado en uno, es algo que le pone los pelos de punta a cualquiera.
No obstante, ninguno de los elevadores modernos ha suscitado tanto miedo como el Paternóster, un curioso invento británico que si bien puede ser más eficiente en lo que a carga se refiere, también ha sido responsable de muchos accidentes y sustos desde su invención.
Y una vez que entiendes su funcionamiento te das cuenta de que no es para menos. El Paternóster, a diferencia un ascensor convencional que va de arriba abajo, tiene un mecanismo cíclico que lo hace funcionar igual que una noria.
Esto vuelve inevitable el pánico de algunas personas que, al subirse por primera vez a uno, creen que el mismo no se va a detener al llegar al último piso, hasta que se dan cuenta de que se mueve a un lado para bajar. El nombre, irónicamente, no pudo estar mejor pensado para él.
Si bien fue inventado en 1876 en Reino Unido, por el ingeniero Peter Hard, lo cierto es que tuvo más éxito en los países del centro de Europa, especialmente en Alemania, donde fueron instalados más de 200 en la década de los 20.
Actualmente, las normas de seguridad europea no permiten la instalación de nuevos Paternóster, por la cantidad de accidentes que pueden acarrear.
Si bien también se ordenado clausurar los más antiguos, lo cierto es que ha sido tarea difícil cerrarlos por completo, a pesar de las quejas de muchos residentes de edificios. Ante esto, la situación más viable ha sido colocar instrucciones gráficas a un lado, que explican su funcionamiento a las personas que van a tomarlos por primera vez.