Existe un lugar en Ecuador, en los impresionantes valles de Andes del Sur, conocido como la Nariz del Diablo.
Esta no es más que una montaña de enormes proporciones, cuyos costados son bastante empinados y desde los cuales, se puede apreciar la naturaleza andina en toda su majestuosidad.
Aquí, también se ha erigido uno de los más ambiciosos proyectos de ingeniería en toda Latinoamérica.
El tren de la Nariz del Diablo supuso un gran reto desde el principio, ya que parecía imposible construir una vía en este paraje tan complicado.
Sin embargo, se logró ubicar una en forma de zig-zag, arriba de un desnivel de 500 metros de altura y que además, sube y baja vertiginosamente por una docena de kilómetros, convirtiendo el viaje de quienes van a bordo en algo emocionante y muy oportuno para apreciar la geografía ecuatoriana.
El río Chanchán es una de las atracciones más próximas a este monte, por no mencionar la cultura de los Puruhuas, etnia propia de Sibambe que sigue manteniendo vivas las costumbres de su gente.
De hecho, es muy común ver como varias personas indígenas visitan también las vías, ya sea para vender productos artesanales o hacer una demostración de su cultura.
En los alrededores, los visitantes pueden acceder también al Museo Cóndor Puñuna, donde aprenderán sobre los Puruhuas, y encontrarán información acerca de las antiguas tradiciones andinas de la región.
Un pasaje en este moderno tren, es casi obligatorio para cualquier persona que quiera visitar los andes sureños y conocer un poco más acerca de una parte que hasta hace años, había permanecido oculta de la mirada de los extranjeros y la gente de las ciudades.
El transporte trabaja todas las semanas de martes a domingo, incluyendo los días feriados y cobra tarifa a personas a partir de los 2 años de edad.