Beth Goodier es una chica de 10 años que habita en Gran Bretaña; concretamente en Stockport, Greater Manchester.
Desde hace años ha tenido que lidiar con una extraña condición, que el resto del mundo no puede siquiera sospechar.
Ella es capaz de dormir hasta 22 horas al día, pero no porque sea una vaga o se sienta realmente cansada. No puede controlarlo.
Es una de las escasas 40 personas aquejadas en Reino Unido con el Síndrome de Kleine-Levin, una enfermedad que los hace dormir la mayor parte del tiempo. A veces por semanas o hasta años, permitiéndoles permanecer despiertos apenas dos horas diarias.
Sin embargo, hay episodios en los que este plazo se puede alargar anormalmente. Beth por ejemplo, ha llegado a estar despierta hasta por dos semanas.
Debido a su ciclo anormal para dormir, no puede acudir a la Universidad ni salir a menudo de casa, pues tiene que estar bajo la supervisión de su madre. Comenta que aunque le encantaría independizarse como cualquier persona, no lo ve factible por las horas que llega a estar inconsciente.
El Síndrome de Kleine-Levin afecta en su mayoría a adolescentes a partir de los 15 años, y puede prolongarse por más de diez años, impidiéndoles llevar una vida normal. Aún no se saben las causas que lo originan y debido a lo raro que es, los médicos poco han podido hacer para avanzar en sus investigaciones.
Es muy difícil de diagnosticar y a menudo, puede confundirse con la narcolepsia, donde los episodios de sueño también son repentinos e involuntarios.
Al igual que el resto de quienes la sufren, Beth ha buscado crear consciencia sobre su enfermedad, alegando que no es tan romántica o linda como muchos creen. La joven afirma que ha vivido un infierno desde que se descubrió incapaz de mantenerse despierta.