Todo amante del mar y del surf sabe que no hay nada como remontar, u observar una buena ola desde la costa. Existen en el mundo muchos lugares, en los que el oleaje del océano adquiere dimensiones impresionantes. Sin embargo, ninguno de ellos es como el Valle de Chicama, un sitio ubicado en el norte de Perú, a orillas del pueblo Malabrigo. Aquí, se puede encontrar la que es la ola más larga del planeta.
La primera que se puede apreciar en esta playa, puede tener hasta dos kilómetros de largo por más de dos de altura, y prolongarse hasta por tres minutos. Un tiempo estupendo para surfear sin inconvenientes.
Luego de dicha elevación, sigue la ola de Mal Paso, que se remonta en las aguas hasta por 4 o 5 kilómetros, conectando con una corriente impresionante.
Por esto y más, Chicama se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los entusiastas del surfing, que reconocen que olas de semejante magnitud, son un reto solo para los mejores deportistas de su categoría. Además de ello, el lugar también cuenta con una historia tan mística como llena de tradiciones.
Cuentan las leyendas locales, que los hombres pre-incaicos que habitaron en Chicama se convirtieron en los primeros surfistas del mundo.
Ellos solían montarse en caballitos de totora antes de entrar al mar, esperando abordar la ola más grande del planeta, una tan inmensa que los podría llevar hasta el fin del mundo. Sin embargo, con el paso del tiempo esa ola se extravío convirtiéndose en un mero mito.
No fue sino hasta 1967, que unos surfistas peruanos la descubrieron de nuevo, frente al Chicama Boutique Hotel and Spa, uno de los hoteles más prestigiosos de la zona y destino de hospedaje de deportistas y turistas, que viajan para conocer la mejor ola.