Oregón es uno de los lugares más peculiares de Estados Unidos, especialmente por sus hermosos bosques en los que de vez en cuando te puedes topar con una sorpresa. Una de las más curiosas es el llamado “Octopus Tree” o “árbol pulpo”, una conífera que se halla cercana al faro del cabo de Meares y que ha crecido de una forma muy distinta al resto de los árboles que la rodean.
Sus ramas se mantienen hacia arriba, como si fueran exactamente los tentáculos de un pulpo de gran tamaño. Lo más peculiar es que no se limita a tener una sola base recta, sino que se divide en seis ramificaciones que crecen a partir del centro.
Debido a esto es que es realmente único en su especie, aunque no se han especificado las causas de dicha malformación.
De acuerdo con algunos expertos de Tillamook, la ciudad a menor distancia del árbol, esta pudo ser provocada por las acciones del hombre o bien, por la fuerza de los vientos. La primera teoría es la más probable, pues antaño los indios nativos pudieron servirse de sus ramas para colgar distintos objetos que empleaban en sus rituales.
Se sabe que el árbol también pudo ser objeto de veneración de estas antiguas culturas. Es probable que fuera el centro de las ceremonias de los chamanes y también un lugar donde los más ancianos de la tribu se reunieran para discutir, considerándolo un lugar sagrado.
Otros nombres por los que se conoce a esta conífera son el “árbol candelabro” o el “árbol monstruo”.
Hoy, el árbol pulpo es una de las curiosidades naturales turísticas más interesantes de Oregón, pues nunca falta quien se acerque a él para estudiarlo o tomarse fotos a un lado. Y como atracción botánica también ha dado de que hablar entre investigadores.