Læsø, es una isla de Dinamarca que desde siempre se ha caracterizado por su particular vegetación. Durante la Edad Media tuvo un crecimiento económico importante gracias a la sal que sus pobladores recolectaban. Esto creo una beneficiosa industria para la cual se elaboraron grandes hornos en donde el mineral se refinaba.
Sin embargo, la construcción de los mismos implicó el uso desproporcionado de recursos naturales, que finalmente derivaron en un gran problema de deforestación. 
Sin madera para construir sus casas, las personas optaron por usar un alga llamada zostera, que suele crecer alrededor de la delta. Gracias a la sal y la madera de los barcos hundidos que se impregnaron en dicha planta, esta se volvió muy resistente a la hora de hacer techos para las viviendas.
Desde entonces, las casas de algas de Læsø se convirtieron en un punto turístico muy famoso del territorio danés.
En los años 30, una plaga hizo difícil el mantenimiento de las mismas, haciendo decrecer el número de hogares, que se contaban por cientos, a solamente diecinueve. Fue por ello que durante el 2009, el gobierno impulsó un proyecto para garantizar su conservación.
Gracias a él, agricultores que viven en el sur de Dinamarca han sido capaces de renovar lo que es un curioso patrimonio de su nación.
Estos techos de algas además, han vuelto a resurgir como una opción ecológica en el rubro de la construcción. Si bien son más caras que otros materiales como la paja o la madera, su durabilidad se puede extender hasta por 400 años, impermeabilizando exitosamente los interiores de casas clásicas y abaratando su costo a largo plazo.
Otras ventajas de este procedimiento, incluyen cero emisión de CO2 y un ambiente no tóxico para personas y animales.
¿Te animarías a vivir en un lugar con un techo vegetal?