Es uno de los mejores futbolistas del mundo, con una gran fortuna en su haber y varios proyectos empresariales.
Muchos no tendrían reparo en afirmar que la vida del deportista Cristiano Ronaldo es perfecta. Sin embargo, hasta alguien como este crack de la cancha ha tenido sus altibajos y uno de los momentos más difíciles para él, fue darle la despedida a su padre.
José Dinis Aveiro fue quien inculcó en su hijo ese gran amor por el fútbol, ya que en su juventud, él frecuentaba un club en Andorinha. A pesar de eso, no tenía la mejor de las relaciones con su hijo y su familia, puesto que era alcohólico.
Ese es uno de los recuerdos que más le duelen a Cristiano:
“No fue el padre que soñé tener. Yo lo quería, por supuesto, pero jamás tuvimos una buena conversación”, confesó el futbolista.
Su madre comentó además, que el ver lo que el alcohol le provocaba a su padre ha hecho que Cristiano no tenga vicios, pues desde joven fue un muchacho que no bebía ni fumaba. Estar en la cancha, dice ella, es su única adicción.
Durante septiembre del 2005, él se encontraba entrenando con la Selección Portuguesa bajo las órdenes del entrenador Luis Felipe Scolari. El día siete del mismo mes se enteró de que su papá había fallecido. Cristiano tenía entonces veinte años de edad y el coach le dio permiso de ausentarse unos días para ir a velarlo; a pesar de que era importante que ensayaran para el Mundial de Alemania 2006.
Para su sorpresa, el atleta se negó. Si algo le había enseñado su padre, era trabajar duro por lo que quería y sabía que habría estado orgulloso de verlo continuar en la cancha.
“Fue en ese momento que supe que Cristiano Ronaldo era especial”, confesó Scolari.