En famoso Valle de la Muerte de California, Estados Unidos, el Racetrack Playa se ha vuelto famoso a nivel mundial no solo por los impresionantes paisajes que ofrece, sino también por un fenómeno muy curioso, que fascina y aterra a millones de personas al mismo tiempo.
Se trata de las “piedras deslizantes”, rocas de considerable tamaño que se desplazan de una parte a otra sin que ningún humano o animal intervenga, dejando tras de sí un notorio rastro en el suelo.
Dichas piedras, conocidas también navegantes o móviles se mueven tan solo cada dos o tres años y las que huellas que marcan en el suelo, llegan a durar hasta por cuatro años.
Lo más impresionante ha sido darse cuenta como varias de ellas, incluso parecen viajar en paralelo, pudiendo separarse en determinados puntos del camino o hasta dar la vuelta y retroceder.
Este es un fenómeno que no solamente ocurre en Racetrack Playa, sino también en otras partes del mundo. En España por ejemplo, existen trazas muy parecidas cerca de la laguna Altillo Chica en La Mancha, Lillo. Las mismas cuentan con más de 100 kilómetros de longitud y rocas de más de cinco kilogramos.
Para dicho anómalo existen ya múltiples teorías. Algunas apuntan a tapices microbianos o intervención de factores naturales, como ráfagas de viento, saturación de agua en la superficie o la presencia de delgadas capas de arcilla.
Aunque por supuesto, las hay más descabelladas y que se han volcado en explicaciones del tipo paranormal.
A pesar de esto, Racetrack Playa ofrece un sitio ideal de relajación y observación para los turistas, con sus ambientes cálidos y las inmensas formaciones rocosas que en ella se pueden apreciar.
Tan solo en Parque Nacional del Valle de la Muerte, en donde se encuentra ubicada, es uno de los sitios más visitados año con año en los Estados Unidos.