Cada vez cobran más importancia los proyectos ecológicos y hoy, se ha anunciado que la ciudad de Nueva York ha puesto en marcha uno de los ambiciosos que se han visto en la urbe. Se trata de su primer parque subterráneo, una maravilla que será única en su clase y que estará alojada en una antigua estación tranvías al sur de Manhattan.
James Ramsey, arquitecto y ex ingeniero de la NASA, es quien estará a cargo de darle vida a este nuevo rinconcito de vegetación debajo del asfalto de la Gran Manzana y según sus estimaciones, se tiene previsto que el parque abra sus puertas entre el 2020 y el 2021.
Será llamado Lowline y va a recorrer una tres cuadras de manera subterránea desde la terminal del puente de Williamsburg, clausurada a partir de 1948.
En el antiguo mercado de la calle de Essex, ya se ha abierto un primer espacio de prueba para que las personas conozcan lo que será el parque en el futuro.
El Lowline Lab tuvo un costo de 200,000 dólares que fueron recaudados de manera online por la plataforma Kickstarter, y todos los fines de semana hasta marzo del 2017 permanecerá abierto para cualquiera que quiera visitarlo.
Volviendo al espacio subterráneo que se está planificando, sus creadores están planeando instalar paneles recolectores de luz solar y fibra óptica bajo tierra, a fin de recrear toda la iluminación que las plantas necesitan para sobrevivir. Además de esto, el terreno en el que crezcan tendrá ondulaciones e irregularidades que faciliten su sentido de orientación, según las necesidades que presenten. Habrá árboles de distintos tamaños y especies, y una enorme variedad de flores.
Sin duda Nueva York es una ciudad que no deja de innovar y en los años siguientes, quizá este sitio sea tan famoso como Central Park.