Las mini casas recicladas son una opción que cada día se está volviendo más común y sus fanáticos lo tienen claro.
¿Por qué echarte la soga al cuello pagando hipotecas por casas convencionales, cuando puedes tener una que sea cómoda, bonita y ecológica por un precio mucho más ínfimo?
Jeff Wilson es un hombre que a lo largo de dos años, habitó en un viejo contenedor para ahorrarse los gastos de alquiler. Fue al final de esta experiencia que, convencido de las posibilidades que tenía esta estructura, decidió invertir para transformarla en la vivienda de sus sueños.
Y aunque solo tenga 33 metros cuadrados de espacio y se vea sencilla, lo cierto es que no la falta ni le sobra nada.
Con un baño completo, cocina, sala de estar que a la vez es dormitorio y hasta un pequeño rincón de lectura, su casita reciclada es todo un sueño.
Al entrar, lo primero que se ve es el baño, una estancia muy moderna con acabados preciosos, en la que entra suficiente luz natural. Las puertas de la ducha son de vidrio y funciona a la perfección.
Luego está la cocina, que luce más amplia de lo que podrías imaginar gracias a que se ha aprovechado el espacio al máximo.
Hay microondas, una pequeña nevera y lavadora-secadora, así como una barra que sirve tanto para comer como para trabajar en la computadora.
La sala de estar es de doble altura y el sofá se convierte en cama matrimonial.
Hay un armario empotrado y originales espacios para almacenar debajo de las escaleras; realmente, Jeff ha sido inteligente al aprovechar cada rincón.
Su sitio favorito es este precioso solárium con grandes ventanales, por los que la luz natural entra a raudales. Ideal para leer y relajarse un rato.
¡Nadie necesita vivir en una mansión cuando puedes tener una casa así!