Las hormonas son una parte vital de nuestro organismo, a las que si bien no solemos prestar mucha atención, están encargadas de controlar un montón de funciones, desde nuestro ciclo de sueño hasta la manera en que metabolizamos las grasas. Por eso es tan importante saber mantenerlas en equilibrio. El cuerpo tiene varias señales de dar a entender que hay algo que se ha salido de control en su sistema hormonal, especialmente en el caso de las mujeres.
Si tú sospechas que puedes padecer algún desajuste de hormonas, pero no sabes como confirmarlo, deberías prestar atención a los siguientes síntomas:
Tabla de contenidos
Acné.
Puede que ya no seas una adolescente, pero un exceso de andrógenos obstruirá tus poros y aumentará la secreción de las glándulas sebáceas. Por eso, no es extraño que a muchas chicas les salgan imperfecciones durante su período.
Migrañas.
Un nivel muy reducido de estrógenos puede provocar molestos dolores de cabeza, que te atacan cuando menos lo esperas.
Fatiga en exceso.
Aun cuando no has hecho nada en especial, no puedes evitar sentirte cansada o sin ganas de hacer nada. Esto puede deberse a tu tiroides o que estás liberando más progesterona de lo normal.
Cambios de humor.
Lo picos de serotonina y dopamina, son los causantes de que de estar feliz, de repente te sientas molesta, deprimida o hasta apática.
Irregularidades en tu período.
Si tu menstruación suele ser muy inconstante o ha desaparecido por completo, lo mejor es que vayas con tu ginecólogo, pues es un síntoma contundente de que algo no marcha como debería como tus hormonas.
Menos deseo sexual.
Si sientes poco o nada de deseo por estar con tu pareja, se puede deber a que tienes bajos tus niveles de testosterona.
Dificultades de memoria.
Una subida o bajada de progesterona o estrógenos, tendrán como consecuencia el que seas incapaz de acordarte de algunos datos o te concentres en tus tareas cotidianas.
Sofocamiento y sudor nocturno.
Es algo muy común en las mujeres cercanas a la menopausia, ya que cuando alcanzan la madurez, su cuerpo empieza a producir una cantidad menor de estrógenos.
Molestias estomacales.
La inestabilidad hormonal se hace notar con la hinchazón o dolor de estómago, además de ciertos mareos.
Diarrea.
En la línea de los malestares digestivos, este es uno de los más comunes cuando hay un desequilibrio hormonal.
Insomnio.
Cuando la progesterona está muy baja, el cuerpo tiene dificultades para regular sus ciclos de sueño, haciendo que des vueltas y vueltas en la cama.
Cambios en los senos.
Cuando tus pechos están demasiado duros y sensibles, lo más probable es que se deba a un pico de estrógenos. En el caso contrario, los notarás más caídos.
Resequedad vaginal.
Cuando los estrógenos han bajado, tu vagina puede presentar dificultades para lubricarse.
Sientes más hambre.
Debido a la inconstancia de la leptina, la hormona del apetito, puedes llegar a sentirte hambrienta a deshoras. Hasta cuando sabes que comiste bien.
Estrés
La hormona cortisol es quien controla los niveles de estrés. Un aumento de esta hormona en el organismo puede provocar estos sintomas.