De todos los lugares peligrosos para vivir en el mundo, el cráter de un volcán activo parece una de las opciones más descabelladas. Sin embargo, existe un pueblecito en Japón que está dispuesto a asumir este riesgo, con tal de disfrutar el refugio único que le brindan las paredes volcánicas de su caldera. Se trata de Aogashima, un paraíso ubicado al sur de Tokio que reside dentro del volcán del mismo nombre.
Su población no rebasa los 200 habitantes y los paisajes que rodean a sus pequeñas casas, son todo un sueño, pues parecen sacados de alguna película hollywoodense de aventuras.
De hecho, muchos japoneses se refieren a este lugar como “la Isla del Mundo Perdido”, debido a la semejanza que mantiene con los ambientes del filme, Parque Jurásico, todos poblados de vegetación.
La vida en Aogashima es tranquila, a pesar de su ubicación. Las personas se dedican sobretodo a la pesca y la agricultura, que son muy satisfactorias debido a la naturaleza volcánica del suelo y las aguas que lo rodean. Son famosas también las aguas termales que emanan de aquí, deliciosas y muy reparadoras para tomar un baño.
El peligro sin embargo, sigue presente en los acantilados de más de 400 metros de altura, por los que hay que desplazarse con mucho cuidado.
Además de esto, si bien la gente asegura que Aogashima ha dejado de estar activo, (su última erupción se dio hace 300 años), el vapor aún fluye de sus entrañas. Y lo que es más alarmante, la Agencia Meteorológica de Japón aún conserva esta montaña en su listado de volcanes activos; lo que da a entender que un futuro desprendimiento de lava es muy posible.
Con todo, no deja de ser un atractivo destino turístico para los amantes de la cultura nipona, ¿tú te atreverías a ir?