Pensar en los fenómenos naturales que han tenido lugar en los últimos días, es un poco aterrador, hay que admitirlo.
Y es que la primera vez que el paso de tres huracanes ha coincidido avanzando desde las costas del Caribe, emitiendo una alerta de “triple amenaza tropical”.
Irma, José y Katia han dejado a su paso toda una estela de desesperanza, siendo el primer huracán el más devastador de todos, Irma, el cual ha sido calificado en la categoría 5 de ciclones, la más peligrosa de todas.
Por si eso no fuera suficiente, no podemos olvidarnos del terremoto registrado en México la semana pasada; un sismo de 8,2 grados que se ha calificado como el más peligroso desde el desastre de 1985, en el mismo país; aunque paradójicamente, no ocasionó tantos daños como los que se sufrieron en aquel entonces.
Además, por si no lo sabías, el pasado miércoles los científicos también registraron una llamarada solar que, en sus propias palabras, quemó considerablemente el campo magnético de nuestro planeta.
Esta tormenta solar, fue la más potente en los últimos doce años, por cierto.
Después de tales catástrofes, ¿quedará algo más que debamos afrontar? Desafortunadamente la respuesta es afirmativa.
Se ha informado que el huracán José se avecina a 240 kilómetros por hora, en tanto Katia ha avanzado de nivel 1 al 2 en la clasificación de peligrosidad. Como consecuencia de esto, es probable que un tsunami golpeé las costas de ocho países en América Latina: México, Nicaragua, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Ecuador, Guatemala y Honduras.
Todo lo anterior apenas abarca un período de 48 horas. Increíble.
Ante las circunstancias, lo único que podemos hacer es esperar, tomar nuestras precauciones y ser más conscientes de las consecuencias que tienen nuestras acciones sobre el Medio Ambiente.
El mundo está cambiando, y lo hace más rápido de lo que podamos imaginar,