La televisión y las películas de Hollywood han popularizado un concepto bastante fantasioso de los monjes asiáticos, con historias de hombres que saben artes marciales.
Por lo general parecen tener asombrosos poderes que incluyen volar, moverse a una velocidad increíble u obtener sabiduría infinita. Aunque está claro que en la vida real, los monjes budistas son muy distintos, nadie niega que deben seguir una rigurosa disciplina para mantener la calma y serenidad que los caracteriza.
Sus templos así mismo, se han destacado por ser lugares místicos y soberbios, donde todavía podemos aprender bastante de las antiguas culturas asiáticas. El que vas a ver a continuación, sin embargo, dista mucho de eso; pero no dudes que está por convertirse en uno de los más visitados de China.
En lo alto de la montaña Songshan, en el distrito rural de Henan, es posible distinguir una construcción de estilo futurista, con estructura curvada y una gran barandilla en la cima.
De vez en cuando, una figura ataviada de ropas naranjas se eleva por encima de ella. Se trata de un monje Shaolin. Pero no está levitando con el poder de la meditación ni nada por el estilo. Sucede que hay un ventilador gigantesco debajo de él, oculto en un túnel vertical e instalado para practicar el skydiving.
El Templo de los Monjes Shaolin Voladores, se concibió como un anfiteatro con 230 asientos, en donde ellos ofrecen todo tipo de espectáculos semanales. De acuerdo con las mismas palabras de los arquitectos, “el principal concepto del lugar es contar la historia del Kung Fu y del Zen, a través de presentaciones artísticas y la imagen arquitectónica de la construcción en sí misma”.
De modo que el lugar no solo está abierto para los practicantes de las artes marciales, sino para todos los turistas en general.
¿Te animarías a visitarlo?