No muchos podemos recordar lo que hacíamos o con quien nos juntábamos en el Jardín de Infantes.
La mayoría de la gente, ha llegado a olvidarse de sus compañeritos de ese entonces, pues el tiempo nos lleva a todos por caminos muy separados. Fue por eso que los protagonistas de esta curiosa anécdota se sorprendieron tanto, al descubrir algo en unas fotografías de infancia.
Todo comenzó cuando Justin Pounders se inscribió a una página de citas, en el 2014. No tardó en contactar con una chica llamada Amy Giberson, con la que de inmediato sintió una conexión especial.
Los dos tuvieron citas, congeniaron y se enamoraron. Tras un año maravilloso de relación, confirmaron porque estaban hechos el uno para el otro.
Justin le contó a Amy que cuando era pequeño, solía jugar con una amiguita que se llamaba igual que ella. Luego supo que Amy en realidad, había acudido al mismo Jardín de Niños que él. Asombrados por la coincidencia, acudieron con la madre de Justin, que desempolvó las fotografías que guardaba de aquella época.
Y fue entonces que se dieron cuenta. Amy era la niña que gustaba a Justin en su infancia.
Los dos habían sido compañeros en su primera etapa y, de acuerdo con la mamá de Justin, muy buenos amigos. Les relató como se pasaban horas enteras jugando en el jardín y que siempre se sentaban juntos.
Era increíble que treinta años después, los dos hubieran vuelto a encontrarse. Aquello parecía cosa del destino.
“Nuestro había comenzado mucho antes de lo que creíamos”, confesó Amy.
Hoy, los dos se han casado y formado una familia ideal. A menudo vuelven a ver sus fotografías de la niñez y se sienten felices, porque después de todo, terminaron casándose con su mejor amigo.
¡Esta es una prueba de que el amor verdadero existe!