“El dinero no compra la felicidad” es algo que hemos escuchado muchas veces en la vida, y aunque es cierto, también es cierto que es necesario para vivir y que no tener el dinero suficiente para tener una buena es algo que puede arruinar la vida de una persona, haciendo que se sienta miserable y que su vida no vale nada.
Pero hay millones de personas que le dan más importancia de lo que deberían, hay personas que por no poderse comprar algo nuevo son miserables, o que quieren una vida llena de lujos y dinero y sienten que la vida fue muy injusta al no haberles dado la oportunidad de tener una vida así, olvidándose de las demás cosas buenas que hay en la vida.
Como mencione, el dinero nos ayuda a vivir mejor, ¿pero hasta qué punto el dinero nos hace más felices?, ¿qué daríamos por un nuevo par de tenis y una vida con más dinero?
En este pequeño cortometraje escrito y dirigido por Nima Raoofi podemos ver un mensaje realmente poderoso.
En 3 minutos de duración, ella nos pone un escenario con el que millones de personas en todo el mundo se pueden identificar:
“Un niño pobre que fue abandonado y que tiene ropa que ha ido encontrando en la calle. Este niño, tiene unos tenis muy destrozados, los cuales están a punto de caerse en pedazos. Cuando el niño iba caminando por el parque, se encuentra con un niño que está sentado en una banca, un niño que tiene unos tenis prácticamente nuevos, un buen pantalón y una buena playera.
Lo primero que hace el niño pobre es fijarse en sus tenis y en su ropa. Molesto, se levanta, camina, se sienta bajo un árbol y desea con todas sus fuerzas cambiar de lugares con el otro niño”. Lo que pasa después de hará reflexionar mucho.