Las personas que trabajan en cualquier puesto de servicio al cliente o que tengan que tratar con las malas caras y palabras de clientes mal educados constantemente se esfuerzan por mostrar una sonrisa y aguantar el comportamiento grosero de los clientes.
Gran parte de que los trabajadores tengan que aguantar el comportamiento agresivo y maleducado de algunos clientes es por el lema “el cliente siempre tiene la razón”, lo que hace que muchas personas se quejen y agredan a los trabajadores sin una buena razón, aunque a veces si pueden tener la razón siempre hay una forma de decir y hacer mejor las cosas.
Este es el caso de una empleada que atendía un supermercado, una joven que trabajaba medio tiempo para poder pagar sus estudios universitarios, pero, aunque estaba cansada en el trabajo siempre lo hacía bien y atendía de forma atenta a los clientes, incluso los fines de semana cuando la tienda se llenaba.
Un fin de semana se encontraba atendiendo lo más rápido que podía, ya que la fila de personas esperando era muy grande y muchos llevaban muchas cosas. Cuando llegó el turno de una mujer americana que iba bien vestida, con ropa y accesorios de marca, la chica comenzó a escanear los productos y le preguntó sobre la forma de pago que iba a usar, sin decir nada, la mujer sacó una enorme cantidad de cupones para los artículos que llevaba, algo que tardaría y que haría más grande la fila.
Tratando de no desesperarse para hacer las cosas bien, comenzó a pasar los cupones lo más rápido que podía, pasaba los cupones y los sellaba, pero hubo un problema, uno de los cupones ya había vencido hace un año, y le dijo “disculpe señora, este cupón ya está vencido, pero puede usar otra forma de pago para ese artículo, efectivo o tarjeta”, a lo que la mujer contestó “¿Eres estúpida o qué? ¿No estás viendo? Te estoy dando los cupones para no tener que pagar”.
Al ver que su hija se alteró por sus gritos, se agacho y le dijo “ves hija, por eso quiero que estudies mucho para que no seas una simple cajera sin educación”, pero hablando fuerte para que todos escucharan.
La mujer, molesta, le pidió que le hablaba al generante, y la gerente estaba a unos cuantos pasos, así que, a pesar de haber escuchado todo, le preguntó que cuál era el problema. La mujer le dijo que no le quería hacer válido un cupón y que la cajera no sabía nada, pero la gerente le dijo “lo siento, no podemos hacer válido ninguno de sus cupones, en mi negocio no permito que se ridiculice a mi personal, sobre todo a una joven tan amable y buena con los clientes, además, está estudiando la universidad, no tiene ningún derecho de querer humillar a nadie, así que le pido que se retire”.
La mujer, ridiculizada, no tuvo más remedio que dejar todo lo que quería llevarse gratis y salió de la tienda con las manos vacías.