Cuando Lauren Perkins y su marido David decidieron ser padres no fue tan sencillo como imaginaron. Tras tener problemas para quedarse embarazados, decidieron tomarse unas vacaciones y viajar hasta Nicaragua para visitar a algunos amigos. Allí, Lauren nunca olvidaría lo que uno de ellos, que era sacerdote, le dijo al escuchar sobre sus problemas: “Dios tiene grandes planes para ti, no sé cuales, pero estoy seguro de que será algo grandioso”.
Al volver a Texas para probar con la inseminación intrauterina, Lauren no tardaría en darse cuenta de cuanta razón tenía él. Tenían sus dudas de que funcionara, pero cuando por fin se embarazaron sintieron una inmensa felicidad.
Lauren, además, se enteró de que sus niveles de hormonas beta-hCG eran bastante altos, lo que significaba que posiblemente tuviera más de un bebé.
Ella y David esperaban tener gemelos o trillizos, sin embargo, cuando su doctor miró su ultrasonido se quedó perplejo: en el vientre de la mujer se estaban formando nada menos que seis bebés. Una posibilidad prácticamente milagrosa y también con cierto riesgo.
A pesar de que el embarazo de Lauren se tornó complicado, tanto ella como su esposo decidieron tener a todos sus bebés. El 25 de abril del 2012, 35 personas del personal médico los acompañaron en la sala de parto para ayudar a nacer a sus sextillizos: Andrew, Benjamin, Caroline, Leah, Allison y Levi. Todos fueron prematuros y no pesaron más de 900 gramos.
Si bien tuvieron que permanecer varias semanas en cuidados intensivos, todos sobrevivieron y fueron dados de alta para ir a casa de sus padres, quienes mientras tanto recibieron múltiples donaciones y apoyo de sus seres queridos.
Actualmente, Lauren, David y los niños son una gran y hermosa familia. Ellos han cumplido seis años y llevan una vida llena de amor y cuidados.
