Cuando Aimee Johnson, una madre de Louisburg en Carolina del Norte, vio que su pequeña hija volvía a bajar llorando del autobús, la indignación se apoderó de ella. Era la tercera vez que la niña era molestada por tres abusones, quienes además de insultarla se habían atrevido a usar la fuerza física en contra de ella.
Fue por eso que decidió tomarle una fotografía y publicarla en Facebook para denunciar la situación.
“¡Esto no está bien!”, escribió al principio de su post. “Mi hija lleva siendo acosada en el transporte escolar desde que nos mudamos a Louisburg, por tres niños”. Acto seguido relató que los rufianes le habían dicho “tonta” y “fea”, y le habían arrebatada su botella de agua para golpearla en la cabeza.
Afortunadamente, uno de sus compañeritos le había avisado al conductor de lo que ocurría, quien inmediatamente intervino para detener a los chicos.
Aimee añadió que era la tercera vez en cuatro meses que se repetía esta situación. Sin embargo, la directora del departamento de transportes no había hecho nada al respecto para solucionarla, a pesar de que ella le había mostrado la evidencia del acoso en cámaras y la misma le había asegurado que lo resolvería.
Cansada de las circunstancias, usó las redes sociales para enviar un mensaje contundente a los padres de los bravucones:
“¡Enseñen a sus hijos a no pegar a las mujeres! Este es el motivo de que muchas chicas se suiciden, ¡son acosadas! No permitiré que esto le suceda a mi hija de nuevo”.
Gracias a lo viral que se volvió su publicación, parece ser que las autoridades por fin tomaron cartas en el asunto. Pero Aimee asegura que se sigue sintiendo destrozada cada vez que vuelve a mirar las imágenes de su pequeña llorando.
¿Tú que habrías hecho en su lugar?