En la República de Latvia en la región norte de Europa, se encuentra el célebre poblado de Kuldīga, uno de los más hermosos de Letonia.
Este, además de caracterizarse por sus bellas construcciones históricas por las que no parece haber pasado el tiempo, también se destaca por sus bellos entornos naturales. Entre estos, podemos encontrar la cascada de Venta Rapid, un punto turístico muy notorio de los alrededores.
Con una altura impresionante de 249 metros, que puede llegar a aumentar hasta 270 metros en las temporadas de lluvia; esta caída de agua es sorprendente y majestuosa. Su anchura se extiende a lo largo de 1.80 metros; o 2.20 metros cuando el cauce llega a su desborde máximo.
En tiempos pasados, la cascada se convirtió en un punto de sustento importante para las primeras poblaciones. Los hombres acostumbraban tallar vertederos entre las rocas, donde especies como el salmón y los esturiones quedaban atrapados. Como los peces no podían saltar la barrera hacia el cañón, era fácil recogerlos en cestas para alimentar a muchas familias.
Más adelante sin embargo, Venta Rapid constituyó un obstáculo importante en la ruta para comerciar con regiones cercanas.
Durante los siglos XVII y XIX se tuvo la intención de construir plataformas marítimas en torno a las cascadas, que facilitaran la ruta de los comerciantes. Empero si bien el proyecto fue empezado, no tardó en quedar en el abandono, conservando intacto el paisaje con su lago.
Hoy en día, es muy visitado no solo por turistas, sino por diversos lugareños que gustan de los paseos al aire libre.
El 1 de Enero del año 1997, Venta Rapid fue declarado oficialmente como un monumento natural de la región. Hasta hoy en día, sus aguas y las áreas verdes que lo rodean, constituyen un paraje precioso y un gran orgullo para Letonia.