Entre los muchos monumentos que existen en la capital venezolana, el Helicoide es uno de los más famosos.
Esta construcción de más de 100,000 metros cuadrados, con forma de pirámide y aristas redondeadas, ha inspirado a los amantes de la arquitectura moderna en todo el mundo y supone uno de los edificios de mayor importancia en el país.
Sus orígenes se remontan al año 1956, cuando durante el mandato del presidente Marcos Pérez Jiménez, una compañía privada comenzó con la construcción de lo que era el proyecto más ambicioso de la época.
Todo el sitio estaba destinado a ser el mayor complejo comercial y turístico de Venezuela, con su propio hotel de cinco estrellas, exposición de industrias, parque, club para socios, palacio de conciertos y espectáculos, y un centro comercial repleto de tiendas.
Para acceder al estacionamiento, así mismo, habrían de construirse rampas que abarcaran hasta 4 kilómetros alrededor de la colina de la construcción, convirtiéndola casi en una autopista.
La primera etapa del Helicoide no estuvo lista sino hasta 1961, impresionando a todos los lugareños.
Sin embargo, múltiples inconvenientes hicieron que la obra quedara descontinuada hasta 1982, cuando el trabajo se dio por concluido con la cúpula geodésica que corona la pirámide.
No obstante, fue imposible destinar el sitio a las funciones que se tenían planeadas originalmente. En lugar de ello, se trasladaron allí algunos organismos de gobierno.
La edificación sobrevivió al bombardeo ocurrido por el Golpe de Estado de 1992, recibiendo la cúpula daños que serían reparados más adelante.
Actualmente, el Helicoide es la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y una parte de la Universidad Nacional Experimental de La Seguridad (UNES). Una visita, aunque sea para tomarse una foto por fuera de las instalaciones, es casi una obligación para quienes van a Caracas por primera vez.